Aquí me sigo escribiendo para liberarme de los patrones de
comportamiento y/o personalidades que no son de apoyo para mi, ni para nadie.
Ya estoy cursando mi segunda lección en el curso DIP Pro,
donde estoy aprendiendo a ir mas a fondo dentro de mi mente, para reconocer y
entender como es que funciona, para comprender como uno mismo, se deja poseer
por toda la maraña de pensamientos, ideas y constructos mentales, que “nos hacen”
reaccionar en nuestro día a día, y sobretodo, como podemos apoyarnos y darnos
dirección, para vivir a plenitud, desarrollando y brindando nuestro máximo
potencial.
Es impresionante como uno puede tomar un “simple”
acontecimiento en nuestra vida, donde uno cree que tiene TODA la razón, de
pensar/actuar de tal o cual manera, y al ir mas a fondo, puedes descubrir TODO
lo que está detrás de nuestra manera de reaccionar.
En el ejemplo (situación), que estoy desarrollando en el
curso, pude ver como detrás de estar básicamente echándole la culpa a otro, o a
las circunstancias , por mi accionar/reaccionar, hay una red de pensamientos “fijos”, que son
los que te “invitan” a adoptar ciertas personalidades/maneras/actitudes, que a
medida uno las alimenta, o les da vida, estas van dirigiéndonos cada vez mas,
para reaccionar explosiva y/o, impulsivamente.
Aún sigo trabajando en ese punto que abrí, desarrollando mi
escritura, pero puedo compartir por el momento, que mientras yo estaba
“enfocado” en las circunstancias que acontecían en mi reaccionar, es decir, en
los pensamientos y memorias con las que yo sentía, y me convencía de que estaba
actuando de manera correcta; no me percataba de donde provenía mi programación;
que al estar analizándome con las herramientas del curso, pude ver que todo
comenzó con un “ligero” detalle, el cual estaba relacionado con “mi manera” de pensar/reaccionar
debido al frío que sentí al despertar… Si…, aislando, o mas bien, centrándome
en ese detonador, pude ver que no mucho, o mas bien, NADA!, tenía que ver con
ese “otro” al que le estaba echando la culpa, sino que era yo mismo quien me complotaba,
con argumentos absurdos, a los cuales no les había prestado atención antes,
pero que por lo que veo, inconscientemente aprobaba, y permitía que iniciaran
todo un desarrollo de personalidad, con la que lidiaba conmigo, y hacia los
demás.
Como he dicho, todavía sigo desarrollando mi habilidad en la
escritura, para saber utilizar bien las herramientas, con las cuales me apoyo
dándome dirección en mi caminar; pero lo que me ha quedado claro, es que detrás
de lo que podría ver antes, como un
acontecimiento y reacción normal, se “esconden” muchas estructuras mentales,
las cuales he permitido y aceptado participar, sin darme cuenta que estas eran el
motor, o mejor dicho la gasolina/energía, que alimentaba/alimenta, a mis
personalidades que solo persiguen interés personal, sin contemplar lo que es
mejor para TODOS.
La situación o conflicto, con esta otra persona involucrada,
al parecer ya está solucionado, ya que pude dejar de lado el sentirme ofendido,
o con derecho para reclamarle por lo ocurrido, pero este acontecimiento, abrió
mi perspectiva, para poder ver con serenidad, los mecanismos y el trasfondo de
mi mente, en donde veo que aún queda mucho por trabajar, en y con los diferentes
puntos que se abrieron, al analizarme en honestidad conmigo mismo.
Y también ahora puedo ver, y estar mas atento, a mi actuar
en circunstancias “normales” donde se genere conflicto, ya sea solo en mi, o
con los demás; donde si antes estaba seguro de que mis reacciones eran
“correctamente justificadas”, ahora me doy cuenta que: ¡Soy Yo Quien Está
Detrás de Todo!, y en vez de señalar y echar la culpa a otros, mi
responsabilidad es analizarme y ver como, yo como mi mente, me he dado permiso
y aceptado participar, en los muchos constructos que regían “mi forma de ser”,
y poder darme guía, para no “tropezar de nuevo con esa misma piedra”.
Así que, sigo comprometido conmigo mismo, en estar atento a
estos momentos de conflicto, para que en vez de continuar “jugando un papel” de
cierta personalidad, donde creía que yo siempre, o casi siempre, tenía la
razón; ahora me detenga, y con esta nueva perspectiva, pueda darme cuenta y
trabajar con las verdaderas razones que me invitan a actuar/reaccionar así, y
darme dirección para en todo momento, buscar el bien común, lo que sea mejor
para mi y para todos.